19 de marzo de 2013

Debut en sub-23

Voy a tratar de resumir de forma muy breve mis cuatro primeras carreras en la categoría, con un balance más bien pobre por distintos motivos aunque tampoco es algo sorprendente ni decepcionante. Aquí lo importante es aprender y ver la progresión.

El debut se produjo el día 3 en Camargo (Cantabria), 145 Km, la carrera más larga que he disputado nunca y 2000 m de desnivel acumulado, casi nada. Si le sumamos que llego corto de forma y la presencia de varios ex-profesionales entre los que destacaba Antonio Cabello, el final estaba cantado. De todas formas iba decidido a no dejarme intimidar, a moverme en posiciones delanteras y llegar hasta donde pudiera. Incluso me permití el lujo de marchar escapado algunos kilómetros, cosa que acabé pagando. En el kilómetro 100 después del segundo paso por el alto de El Churi, quedaba fuera de carrera. 

El equipo respondió bien, especialmente Iván Unsión que acabó en el grupo de cabeza e hizo el puesto 19 en el sprint.

La conclusión es que van rápido pero puedo estar ahí. No hay miedo.

Con de Pablos, listos para debutar en sub-23
Seis días después volví a correr en Montecarmelo (Madrid), carrera corta en un circuito exigente que discurría por la carretera de El Pardo. Casi de salida se formó una escapada de 12 donde entraron dos ex-profesionales y el campeón de España élite, que se dice pronto. Nuevamente Unsión demostró su buen momento de forma colándose en esta escapada y llegando a meta en 7º lugar (2º sub-23).

En la tercera vuelta me metí junto a mi compañero Arturo Chamorro en un corte de nueve corredores en persecución de los 12 de cabeza. Por desgracia en la siguiente subida se me salió la cadena, tuve que echar pie a tierra y esperar ayuda del coche del equipo siendo adelantado por el grupo perseguidor en el que finalmente llegué a meta. Puesto 27 (8º sub-23 y 3º sub-23 madrileño) y lo que es más importante, al margen del fallo mecánico muy buenas sensaciones. La cosa va bien.

Iván Unsión en pleno sprint
El pasado fin de semana tocaba doblar, sábado por la tarde en Zamora y domingo por la mañana en Astillero (Cantabria). Llego acatarrado y después de no poder entrenar en toda la semana entre los exámenes y el mencionado catarro. Nuevamente el resultado estaba cantado pero me han podido las ganas.

En Zamora el fuerte viento hace que salgamos a mil por hora y encunetados, sólo veinte kilómetros después el pelotón pasa el primer alto roto en seis grupos, yo sufro desde el primer metro. Una vez formados dos grupos numerosos de escapados hay un parón en el pelotón que se reagrupa, se lo toma con calma y me permite alcanzar la meta, tal vez con fiebre y con dolor de cabeza. Finalmente todo el pelotón aparece en las clasificaciones como fuera de control. Oficialmente sólo han acabado 34 aunque fuimos más de 100 los que llegamos a meta por delante del bandera verde. Esta vez el mejor de los nuestros ha sido Ángel Gutiérrez que se metió en el segundo grupo y acabó en el puesto 23.

Intentando remontar en el primer alto 
El domingo amanecía lloviendo, aunque paró a tiempo, el suelo estaba muy mojado y las caídas fueron numerosas. Cinco vueltas a un circuito rompepiernas que incluía el Alto de la Venta. Nuevamente me toca penar desde el principio, aún así he durado 70 kilómetros de los 126 que tenía una carrera que sólo han terminado 30 corredores. Iván Unsión 19º y David de Pablos 25º han salvado esta vez el honor del Recambios Callejo.

Caveda da un curso de derrapaje controlado
Ahora tengo una semana para quitarme este catarro de encima y llegar a Bergara en condiciones. Ya veremos.

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