En la plaza mayor de Zamora todo parecía perfecto para una carrera agradable, durante el calentamiento brillaba el sol y la temperatura era estupenda. Pero nada más comenzar a rodar se puso a llover cosa que haría de forma intermitente todo el camino. Esto sumado al fuerte viento y la dureza de la carrera no me daba muchas esperanzas.
En los 106 kilómetros de que constaba la prueba se ascendían cuatro puertos de tercera categoría.
Es la primera carrera desde que compito en la que se salió con cabeza, el fuerte viento hizo que nadie quisiera gastar fuerzas donde no se podía hacer daño. Esto fue así hasta poco antes del primer puerto donde se formaron las primeras escapadas.
Coroné el primer puerto con mucho esfuerzo, bastante retrasado en un pelotón muy estirado y con algún pequeño corte que se cerró nada más coronar.
El segundo puerto lo pasé sin novedad aunque el grupo pierde unidades poco a poco. Al paso por el tercero, el más largo de todos, siete corredores, entre ellos Álvaro Vera pasan con veinticuatro segundos de ventaja sobre un grupo de poco más de veinte entre los que nos encontramos Marcos Rodríguez, Ángel del Campo y yo mismo que marcho con buenas sensaciones. La cosa pinta bien para el equipo.
Pero nada más coronar ese tercer puerto se puso un ritmo altísimo, todos enfiladitos a 55 Km/h y eso me mató. Subí el cuarto y último puerto haciendo la goma, Casillas se escapó empezando su particular contrarreloj hasta meta y cuando enganché el grupo se lanzó el sprint para disputar el premio de la montaña. Ahí fue donde me descolgué definitivamente.
A falta de diez kilómetros Ángel que había coronado el puerto en tercera posición sufrió una contractura del cuádriceps y abandonó. En ese mismo punto me subí al coche yo también. Por su parte Vera pierde contacto con el grupito a falta de seis, totalmente desfondado, y entra en meta en el puesto 24.
En esos últimos kilómetros Marcos Rodriguez consigue meterse en un corte con otros tres corredores en persecución de Casillas, pero llega acalambrado al sprint y entra quinto en meta, puesto muy meritorio. La victoria una vez más para Casillas, mis felicitaciones para él y para Marcos.
Finalmente sólo veinticinco corredores llegan a meta lo que da idea de la dureza.
Tras un profundo análisis de la situación, un exahustivo estudio estadístico de la competición, una nada desdeñable investigación visual del material y un concienzudo razonamiento basado en mis conocimientos de esta disciplina, he venido a dar con la clave del exito.
ResponderEliminarAhí te digo: QUITATÉ LAS GAFAS BLANCAS.
¿De qué color llavaba David las gafas en Zamora?: Rojas, y fue primero ¿Y Carlos en Ávila?: Rojas también, y también primero. ¿Y Joaquín en Olloniego?: Azules, y cruza meta en primer lugar. Hasta Illan en Caicedo cruzó la meta sin gafas para llegar el primero, y eso que en la salida las llevaba blancas; pero se las quitó y mira, el primero.
Sé lo que está pensando: De nada.
Y ahora, a por ellos.
¡¡¡ Qué es eso de empezar una carrera sin esperanzas!!!
ResponderEliminarEso no pue ser. Ni el viento, ni la lluvia, ni na. ¡¡ Si la esperanza es lo último q se pierde!! Así pasa, q se nos resienten los triunfos.
Ay Señor...
Otra cosa q m tiene toda loca:
"subir haciendo la goma"
¿ehhhhhhhhhhhh?
Vamos a ver si nos centramos alma cántara. Que digo yo, que toda la vida de Dios se ha subido pedaleando, pero haciendo la goma,...¿Como coñ... vas a subir un puerto haciendo la goma?
Ay Señor ...otra vez
En fin Marcos, hasta la próxima crónica.
en fin
El " en fin " último, se me ha colado y no he podido editarlo.
ResponderEliminarEn fin, otra vez, q vamos a hacer, entre el ordenata q no m deja, y el iPhone q hace lo q le sale de lo huevos...
Ya sabes q hago lo q puedo
Un beso